viernes, 22 de mayo de 2020

EL CARISMA DE CURACIONES, EN EL ÚNICO ESPÍRITU 1Cor 12,9



0. INTRODUCCIÓN

4  "El hombre está llamado a la alegría, pero experimenta diariamente tantísimas formas de sufrimiento y de dolor".(1) Por eso el Señor, al prometer la redención, anuncia el gozo del corazón unido a la liberación del sufrimiento (cf. Is 30,29; 35,10; Ba 4,29). En efecto, Él es "aquel que libra de todo mal" (Sab 16, 8).
·          (1) JUAN PABLO II, Exhortación Apostólica Christifideles laici, n. 53, AAS 81(1989), p. 498.
4  Entre los sufrimientos, aquellos que acompañan la enfermedad son una realidad continuamente presente en la historia humana, y son también parte del profundo deseo del hombre de ser liberado de todo mal.

4  Pero la enfermedad se manifiesta con un carácter ambivalente, ya que por una parte se presenta como un mal cuya aparición en la historia está vinculada al pecado y del cual se anhela la salvación, y por otra parte puede llegar a ser medio de victoria contra el pecado.
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& Cuando se trata de hablar del carisma de curaciones propuesto por el Apóstol San Pablo en la 1Cor 12,9; es muy importante tener presente la concepción que tiene el apóstol de la Iglesia.
& En la carta a los Efesios 1,22-23 encontramos esto: 
m  "(Dios padre) sometió todo bajo sus pies y le constituyó (Jesús)  cabeza suprema de la Iglesia, su cuerpo";
·        Col 1,18: "El es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia".
& Sabemos por nuestra tradición que Jesús inicia su Iglesia con el grupo de los Discípulos que llama a su servicio (Mc 3,13-19; Mt 14,18-19); los envía a realizar la misión suya (Lc 10,1-13) y los revistió con la fuerza que viene de lo alto para ser sus testigos (Hech 1,8; 2,1-4).

& Estos discípulos los reviste de poder para obrar en su nombre, al punto tal que nos dice el evangelio en Jn 14,12-14:
m  12"En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. 13.Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14.Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré." 
& Por tanto, para tener certeza en que consiste el ejercicio del Carisma de Curaciones es indispensable hacer una mirada a al ministerio de Jesús: Salvar a la humanidad. Mirémoslo a él para poder aprender del Maestro en el ejercicio de este este servicio.
1. EL MINISTERIO 
DE JESÚS: SALVAR
El ejercicio del ministerio de Jesús, es precisamente el de salvar a la humanidad. "Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él" (Jn3,17).

2.  EL CARISMA DE CURACIONES
& 
1.  El Antiguo Testamento

LA ENFERMEDAD ESTÁ CONECTADA
 AL PECADO Y AL MAL por DES-OBEDIENCIA
& En  el  Antiguo  Testamento,  mientras  el  pueblo  de  Dios  intenta  resolver  el  problema  del sufrimiento, el Señor revela gradualmente la relación fundamental que existe entre el pecado, la enfermedad   y   la   redención.   "La   experiencia   de   Israel   es   donde   la   enfermedad   está misteriosamente  ligada  al  pecado  y  al  mal" (Catecismo,  1502). 
&   Aunque  contrario  a  las intenciones  de  Dios  para  la  humanidad,  el  sufrimiento  del  cuerpo  es  uno  de  los  males  que afligen  a  los  seres  humanos  como  consecuencia  del  pecado.  
&  En A.T.  la  enfermedad  es prominente entre los castigos de Dios por la infidelidad de su pueblo a la Alianza. (Deuteronomio 28, 15-35): V15. "Si desoyes la voz de Yahveh tu Dios, y no cuidas de practicar todos tus mandamientos y sus preceptos, que yo te prescribo hoy, te sobrevendrán y te alcanzarán todas la maldiciones siguiente..." 
Otro Texto Núm 21,4-9: La serpiente de Bronce.
& Existe una dimensión corporativa tanto del pecado como de la retribución, dado que cada persona  es  parte  del  pueblo  que  se  relaciona  con  Dios  como  socio  de  la  Alianza. 

& El  Antiguo Testamento a veces también reconoce una relación entre la enfermedad y la culpa individual; en los  Salmos,  la  súplica  de  curación  del  hombre  enfermo  está  frecuentemente  asociada  con la confesión  de  pecados. Ver Salmos 32, 3-5; 38,2-18; 39, 8-12; 107,17; ver también Números 12,9-10; 2Cron 26,16-21.

¿Y EL JUSTO QUE SUFRE? 
ESTE ES EL OBENDIENTE

& Sin  embargo,  la  figura  del  hombre  justo  que  sufre,  reflejada  en  los Salmos y en el libro de Job, muestra que no es legítimo asumir que todas las enfermedades son atribuidas a faltas personales.
& En  el  Antiguo  Testamento,  la  experiencia  de  la  enfermedad  se  convierte  en  una  ocasión para acudir a Dios con profunda confianza en su compasión y en su habilidad para curar (Sal 6; 38;  39;  41;  88;  102;  Is  38,1-20). 
ALGUNAS CURACIONES
& En  verdad,  algo  esencial del  carácter  de Dios  se revela en  su misericordia  hacia  las  personas  que  sufren,  aún  cuando  se  reconoce  el  sufrimiento  como  un castigo   por   los   pecados.   
& Aunque   en   el   Antiguo   Testamento   son   raras   las   curaciones individuales, recordemos algunas como: El hijo de la viuda de "Zarepta" en 1 Re 17, 17-24; el hijo de la viuda sunamita en 2 R 4,18-37; "Naaman" en 2 R 5,1-14; "Hezequias" en Isaías 38,1-20; Tobit en Tobias.
Los Salmos dan frecuentemente testimonio de las curaciones de Dios concedidas a aquellos que se claman a Él y confían con esperanza (Sal 6; 41; 107; ver Núm 12,1-16; Sir-Eclo 38,9).

LOS TIEMPOS MESIÁNICOS

& La curación  de  enfermedades  y  de  condiciones  enfermizas  se  encuentra  entre  las  señales prominentes  de  los  futuros  tiempos  mesiánicos  anunciados  por  los  profetas,  donde  la  misma muerte  será  superada  (Isaías  35,5-6;  61,1-3;  65,19-20).  
  & La  posibilidad  de  un  designio trascendente  del  sufrimiento  aparece  en  la  profecía  de  Isaías  53,  donde  ocurre  la  expiación  a través del sufrimiento vicario de parte de un hombre inocente, representante del pueblo.

3. EL CARISMA DE CURACIONES
2.  El Nuevo Testamento
EL MINISTERIO DE JESÚS
& En el Nuevo Testamento, la sanación aparece como una dimensión integral del ministerio público  de  Jesús,  inseparablemente  ligado  a  la  proclamación  del  evangelio.
ENSEÑANZA Y PROCLAMACIÓN
& Sin  duda,  los evangelios resumen la actividad de Jesús bajo el doble aspecto de enseñanzas y de sanación: "Y recorría  toda  la  Galilea,enseñando  en  las  sinagogas  de  ellos,  y  proclamando  la  Buena  Nueva del  reino  y  sanando  toda  enfermedad  y  toda  dolencia  en  el  pueblo"  (Mt  4,23  ver  9,35;  Lc  9,11). 
JESÚS EL MÉDICO
& Jesús  se  identificó  a  sí  mismo  como  un  médico  (Mt  9,12)  y  su  misión  como  la  de  quien salva/sana  a  los  perdidos  (Lc  19,10;  ver  Jn  3,17;  12,47).
o    El término griego sozein abarca ambos significados de "curar" y "salvar". Otros dos verbos que se usan regularmente para curación en el Nuevo Testamento son iasthai (sanar, curar) y therapeuein (tratar, cuidar de, sanar).
& La  primera  predicación  apostólica según los  Hechos  de los  Apóstoles,  enfatiza  sus  obras  de curación:  "Cómo  Dios  ungió  a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder, y cómo pasó haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él" (Hech 10,38; ver Hech 2:22). 
De hecho, "ninguna  imagen...  está  tan  profundamente  grabada  en  la  Tradición  cristiana  de  los  primeros  días, como la de Jesús, el gran médico que obró milagros".
SEÑALES Y PRODIGIOS
& Con frecuencia el Nuevo Testamento se refiere a curaciones, al igual que liberaciones de espíritus diabólicos y otras obras milagrosas, como "señales y prodigios". 
- Mateo 24,24; Marcos 13,22; Juan 4,48; Hechos  4,30; Romanos 15,19; 2Corintios 12,12;  2Tesalonicenses 2,9;  Hebreos 2,4.
& Esta frase significa dos aspectos relacionados.
& Primero, las curaciones son "señales" 
  ü  porque son una revelación de Jesús  en  su  identidad  y  en  su  misión  mesiánica.  Apuntan  hacia  su  poder divino,  su  amor  y compasión por el sufrimiento humano, y su victoria definitiva sobre cualquier tipo de mal.
  ü  Ellas son  testigos  tangibles  de  la  verdad de  las  nuevas  noticias  que  Él  proclama. 
  ü  De  este  modo,  las curaciones son una manifestación visible del Reino (Lucas 7,20-23), que se han vuelto una realidad  presente  en  Jesús,  aunque  todavía  no  esté  completamente  realizado. 
ü  "En  los  milagros  de curación efectuados  por  el  Señor  y  por  los  Doce,  Dios  nos  muestra  su  poder  misericordioso sobre el mundo. Son esencialmente "señales" que apuntan hacia Dios mismo y sirven para que el hombre se mueva hacia Dios".
o     Papa Benedicto XVI, Jesús de Nazaret (Ciudad del Vaticano: Librería Editrice Vaticana, 2007), página 176.
& Segundo,  las  curaciones  son  "prodigios"
  ü  porque  conllevan  una  respuesta  de  asombro, admiración, alabanza y gratitud.
 - (Mc 5,19-20: el endemoniado de Gerasa y la piara de puercos)
- (Mc 7,37; Lucas 13,13.17; 18,43; 19,37-38; Juan 9,38.
LAS CURACIONES 
TIENEN UNA INTENCIÓN
& En los Evangelios está claro que las curaciones no son un fin en si mismas;
& de hecho, el relato de los diez leprosos sugiere que la curación sólo es completa cuando  quien  la  recibe  es  llevado  a  una  relación  con  Jesús  en  la  que  se  le  reconoce  y  venera como lo que es (Lc 17,11-19; Mc 10,52).

JESÚS TOMA LA INICIATIVA
&  En algunos casos el mismo Jesús toma la iniciativa para curar. 
- (Mc 10,46-52: Bartimeo el Ciego)
- (Mt 9,1-8: El paralítico cargado por cuatro).
- (Lc 7,11-17: Jesús resucita al joven hijo de la viuda de Naín).
JESÚS SANA POR SOLICITUD
  & aunque más a menudo las curaciones  se  llevan  a  cabo  como  respuesta  a  una  solicitud  tanto  de  la  persona  enferma  como por un amigo o un pariente. 
- (Mt 9,21-23.35-43: Sanación de la hija de Jairo).
- (Lc 7,1-10: Sanación del siervo del centurión).
JESÚS SANA CON EL PODER DE SU PALABRA
& Algunas veces, la curación se realiza sólo por su palabra.
- (Mt 8,5-13: solo di una palabra tuya y bastará para sanarse).
GESTOS SIMBÓLICOS O TERAPÉUTICOS
en otras ocasiones él utiliza un gesto simbólico o medios terapéuticos reconocidos en su tiempo como la saliva y el barro. 
-  Mateo 9,27-31; 20,29-34 (los Dos ciegos: les tocó los ojos); 
- Marcos 6,5 (imponiéndoles las manos); 
- Marcos 7,33 (Tartamudo sordo: dedos y saliva); 
- Lucas 13,13 (Mujer encorvada: le impuso las manos); 
- Juan 9,1-41 (ciego de nacimiento: barro y saliva y untó los ojos); 
- ver también el uso de aceite por los discípulos en Marcos 6,13; Lucas 10,34.

A JESÚS LO MUEVE LA COMPASIÓN
& Invariablemente, el Señor trata con compasión a los enfermos y dolientes que acuden  a  él  adondequiera  que  él  va  (Mt  14,14). "El  Señor  recibe con  agrado  sus  solicitudes  y  los  Evangelios  no contienen  una  indicación  de  reproche  por  estas  plegarias".

JESÚS PIDE LA FE
& Más  bien,  lo  único  que  Jesús pide  es  fe  como  la  disposición  que  hace  posible  la  curación  al  establecer  una  relación  de confianza  con  él  (Mt  9,2.28;  Mc 2,5; 9,23;  Lc  5,20;  Jn  4,48).  Y  al  contrario,  la falta  de  fe inhibe el ejercicio de su poder de curación (Mc  6,5-6).
SANAR EN SÁBADO: 
SIGNO DE LA NUEVA CREACIÓN
& La  predilección  de  Jesús  para  curar  en  el  día  de  Sabbath  (sábado),  como  se  refleja  en los Evangelios, no fue por un deseo de provocar a las autoridades religiosas, sino para hacer notar la nueva creación por la que se le restituía a la humanidad la plenitud de vida que Dios quiso  desde  el  principio.
m  Tome en cuenta que todas las curaciones iniciadas por el propio Jesús, fueron realizadas en el Sábado: 
S  El hombre con la manos paralizada (Mateo 12,9-13);
S  La mujer lisiada (Lucas 13,10-17);
S  El hombre con hidropesía (Lucas 14,1-6);
S  El hombre en camilla cerca de la piscina en Bethesda (Juan 5,1-9); y
S  El hombre que nació ciego (Juan 9,1-14).
S  También aparece un exorcismo en Sábado en la Sinagoga: Marcos 1,21-26.
ENFERMEDAD CAUSA: 
EL PECADO Y SATANÁS
& Él  vio  la  enfermedad  tanto  como  la  consecuencia  del  pecado, como una señal del poder de Satanás sobre los seres humanos, de quien Él vino a liberarlos  (Mt 12,22; Lc 13,16; Jn 5,14). Por esta razón, con frecuencia los Evangelios mencionan sus curaciones  junto  con  la  liberación  de  aquellos  oprimidos  por  demonios,  sin  hacer  siempre una clara distinción entre los dos.
- Ver Resúmenes de curaciones y liberaciones: Mateo 4,24; 8,16; 10,1; Marcos 1,32; Lucas 6,17-18; 7,21; 8,2; Hechos 5,16; 8,7; 10,38;19,12.
 & Las  obras  de  sanación  y  liberación  del Señor,  como  señales  anticipadas  de  su  obra completa  de  salvación,  tuvieron  lugar  con  el  costo  de  su  propio  sacrificio  corporal. 
& San Mateo,  después  de  darse  cuenta  que  "le  llevaron  a  muchos  que  estaban  poseídos  por demonios;  y  les  quitaba  estos  espíritus  con  una  palabra  y  sanaba  a  todos  aquellos  que estuviesen  enfermos",  liga  explícitamente  esta  actividad  mesiánica  con  el  sufrimiento  que llevaba el Siervo del Señor: "Esto fue para cumplir  lo  que fue dicho  por  el  profeta Isaías,  'Él tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades'" (Mt 8,16-17).
LA SANACIÓN TOTAL A 
PARTIR DE LA RESURRECCIÓN
& Al  igual  que  los  malestares  físicos  simbolizan  las  diferentes  formas  de  enfermedades espirituales  que  afligen  a  la  humanidad  decadente,  tales  como  la  ceguera,  sordera  o  parálisis espirituales,  así  la  curación  física  es  una  señal  externa  de  la  restauración  interior  que  ocurre  a través  del  perdón  de  los  pecados  (Mc  2,1-12;  Jn  5,14). 
& Sin  embargo,  la  conexión  entre  la redención y la salud del cuerpo no es absoluta, al igual que entre el pecado y la enfermedad (ver Jn 9,3). La sanación total (salvación) de la persona integral humana, cuerpo y  espíritu, se dará sólo  hasta  la  resurrección  del  cuerpo  en  el  último  día  (Rm  8,18-23;  2 Cor  4,16-18).  Hasta entonces, en la vida de la Iglesia, el reino mantiene un aspecto de ocultamiento.
& De este modo, es  un  error  asumir  que  la  voluntad  de  Dios  es  curar  toda  enfermedad  y  dolencia  en  esta  vida. Jesús instruye a sus seguidores que no sólo curen a los enfermos sino que también los "visiten" (Mt  25,36).  
De  hecho,  existen  algunos  casos  en  el  Nuevo  Testamento  donde  la  enfermedad permanece, cuando menos por un tiempo, a pesar de los dones de sanación de los apóstoles (Gal 4,13; Flp 2,26-27; 2 Tm 4,20).
& Al  comisionar  a  los  apóstoles  a  que  continúen  su  misión  de  salvación,  Jesús reafirma  la relación  intrínseca  entre  la  curación  y  la  proclamación  del  evangelio.  Le  da  a  los  doce "autoridad  sobre  espíritus  inmundos,  para  sacarlos  de  las  personas  afectadas  y  para  curar  toda enfermedad  y  toda  dolencia"  (Mt  10,1),  y  les  encarga: 
"Proclamad  que  el  Reino  de  los  Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis,  dadlo  gratis"  (Mt  10,7-8). 
& Él  repite  este  encargo  cuando  envía  a  los  setenta  y  dos. "Cuando  entréis  a  un  pueblo  y éste  os  reciba...  curad  a  los  enfermos  que  ahí  se  encuentren  y decidles:  'El  Reino  de  Dios  está  cerca  de  vosotros'"  (Lc  10,8-9). 
& Después  de  su  resurrección, Jesús  amplía  la  autoridad  para  curar,  diciendo  dentro  de  las  señales  que  acompañarán  a  los creyentes: "Ellos pondrán sus manos sobre los enfermos y ellos sanarán" (Mc 16,18). Como la Instrucción hace notar, el poder de curar "es dado dentro de un contexto misionero, no para su propia exaltación sino para confirmar su misión".


4. EL CARISMA DE CURACIONES
CUANDO JESÚS YA NO ESTÁ FÍSICAMENTE ... LOS DISCÍPULOS OBRAN LOS MISMAS CURACIONES
& Lucas registra el cumplimiento de las palabras  de Jesús en las numerosas  curaciones que obraron  los  apóstoles  (Hch  2,43;  3,1-8;  5,12)  y  otros  discípulos  como  Esteban  (Hech  6,8)  y Felipe (Hech 8,6-7). 
  Es  a través de estas  obras  milagrosas, por las que el  mismo Dios ofrece el testimonio  (Hb  2,3-4)  que  confirma  el  poder  del  mensaje  hablado  y  convence  a  los  que escuchan  su  verdad  (Hech  4,29-30;  8,6;  14,3;  Rm  15,18-19). 
  & También  Pablo  se  refiere  a  tales obras  milagrosas  como  a  "las  señales  de  un  verdadero  apóstol"  (2  Cor  12,12). 
& En  algunas ocasiones  los  apóstoles  son  obligados  a  soportar  penas  para  aclarar  que  es  Jesús  resucitado quien cura, no ellos, que son simplemente sus instrumentos (Hech 3,12; 14,8-18).
5. CARISMA DE 
CURACIONES
& En la Primera Epístola a los Corintios, San Pablo nos da una breve mirada a la experiencia de  curaciones  milagrosas  de  los  primeros  tiempos  de  la  Iglesia.  Ahí  se  refiere  a  las  oraciones para lograr curaciones como un don particular otorgado en gran medida por el Espíritu, a ciertos individuos (1 Cor 12,9.28.30).
& Esto, evidentemente, es un don para obtener curación para otros a través de las oraciones, quizá acompañado por un gesto simbólico.
& La Carta de San Santiago alude  a  una  situación  algo  diferente,  donde  las  plegarias  por  los  enfermos son  una  acción sacramental llevada a cabo por los ancianos de la Iglesia; sin embargo, en el mismo contexto el autor hace notar la eficacia de las oraciones por los enfermos, por parte de cualquier cristiano: "¿Está  alguno  enfermo  entre  vosotros?  Llame  a  los  presbíteros  de  la  Iglesia  y  oren  sobre  él, ungiéndole con óleo en nombre del Señor; y la oración de fe curará/salvará (sózein) al enfermo, y  lo  levantará  el  Señor;  y  si  hubiere  cometido  pecados,  le  serán  perdonados.  Por  tanto, confesaos  unos  a  otros  los  pecados  y  orad  unos  por  otros  para  que  seáis  sanados/salvados (sózein)"  (Sant  5:14-16).   
 "Los  verbos  'salvará'  y  'levantará'  no sugieren  una  acción  encaminada  exclusiva  o  predominantemente  a  la  curación  física,  pero  de cierta manera la incluyen".

& Estos textos en la Primera Epístola a los Corintios y en la Carta del Apóstol  Santiago,  dejan  en  claro  el  carácter  esencialmente  gratuito  de  la  curación  como  algo que  viene  de  la  libre  iniciativa  de  Dios,  y  el  contexto  eclesial  de  la  curación  como  una manifestación de "el poder del Espíritu que, a través de la Iglesia, hace que el misterio de Cristo esté presente en los diferentes ministerios".
6. LA TEOLOGÍA 
DEL SUFRIMIENTO
"El que no lleve su cruz y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío." (Lc 14,27)

& Aunque  dice  mucho  sobre  curación,  el  Nuevo  Testamento  también  desarrolla  con  gran profundidad  la  teología  del  sufrimiento  cuyas  raíces  radican  en  el  Antiguo  Testamento.
& Basándose  en  las  palabras  del  mismo  Cristo  (Lc  14,27),  las  dificultades  y  aflicciones  de  todo tipo, ahora son vistas como de un inestimable valor en la participación del misterio pascual de Cristo  (Flp  3,10;  1 Ped  4,13). 
& Son,  tanto  medios  de  santificación  personal  que  preparan  al individuo para la gloria eterna (Rm 5,3; 2Cor 4,17; 2Tes 1,4-5), como una fuente misteriosa de gracias  para  otros  (2Cor 1,6;  4,10-12). 
& Debido  a  este  designio  trascendente,  incluso  podemos  regocijarnos  en  el  sufrimiento"Ahora  me  alegro  por  los  padecimientos  que  soporto  por  vosotros,  y  completo  en  mi  carne  lo  que  falta  a  las  tribulaciones  de  Cristo,  en  favor  de  su Cuerpo, que es la Iglesia" (Col 1,24; ver 1Ped 5,9).
En estos contextos, los sufrimientos aludidos son generalmente aquellos que resultaron de labores apostólicas o persecuciones, pero la Iglesia siempre  los  ha  considerado  como  una  extensión  legítima  de  las  enfermedades  y  dolencias  del cuerpo y de cualquier otro tipo de sufrimiento.  

7. UNA TEOLOGÍA
DE LA SANACIÓN
m En su libro, Jesús de Nazaret, el Papa Benedicto XVI escribe: "
El curar es una dimensión esencial de la  misión apostólica  y de la fe Cristiana en general". Incluso  se puede decir que la cristiandad  es:  "una  religión  terapéutica,  una  religión  de  sanación.  Cuando  se  le  entiende  a  un nivel  suficientemente  profundo,  esto  expresa  el  contenido  completo  de  la  redención".
m  Papa Benedicto XVI, Jesús de Nazaret (Ciudad del Vaticano: Librería Editrice Vaticana, 2007), página 176.
m La salvación  en  Cristo  es  en  última  instancia  la  curación  de  la  herida  más  profunda  de  la humanidad: la herida de nuestros pecados y de nuestro alejamiento de Dios. Por el contrario, la plenitud del curar es el perdón de nuestros pecados y la restauración de la comunión con Dios. "Quien  verdaderamente  desee  curar  al  hombre,  deberá  verlo  en  su  concepto  integral  y  debe saber que su última curación sólo puede ser el amor de Dios"
m   Ibid página 177.
m Con el poder del Espíritu Santo, 
el Señor resucitado continúa manteniendo presentes en la Iglesia las obras de curación y salvación que Él realizó durante su vida en la tierra.
m El Catecismo enseña  que  al  igual  que  Jesús  tocó  y  sanó  al  enfermo  durante  su  ministerio  en  la  tierra,  así  en  los sacramentos Cristo continúa "tocándonos" para sanarnos" (1504).
m La Iglesia "cree en la presencia dadora de vida de Cristo, el doctor de almas y cuerpos. Esta presencia está particularmente activa a través de los sacramentos, y en una forma especial y completa, a través de la Eucaristía, el pan que proporciona vida eterna y que San Pablo sugiere está conectado con la salud del cuerpo" (1509).
 m Es  por  esto  que,   "la  Renovación  Carismática  Católica siempre  busca  deliberadamente  orar  por  sanación  dentro  de un  marco  sacramental...  Esta  relación entre las oraciones de sanación y los sacramentos... se debe principalmente al instinto de fe, que entre los Católicos busca integrar los carismas con la vida sacramental católica en su conjunto, la que a su vez se  descubre  a  través  de  la  gracia  de  la  efusión  del  Espíritu Santo".
m   "Los grupos y comunidades católicas de oración no quieren simplemente ser identificados con las oraciones de sanación que uno encuentra en movimientos o comunidades no católicas, donde esta dimensión sacramental es menos importante".

m Un  encuentro  con  el  poder sanador  de  Cristo  en  un contexto  sacramental,  que  muchos  han  experimentado  en  la  Renovación Carismática, puede contribuir a una renovación de la fe sacramental, una conciencia más profunda de que el Señor resucitado está presente y actúa personalmente en los sacramentos para comunicar su gracia que da vida.
m La doctrina  católica  sobre la Palabra  y  los  Sacramentos le da expresión teológica al testimonio bíblico  sobre  la  proclamación  del  Reino  y  los  signos  visibles  de  su  advenimiento. 
m En la  teología renovada del  Catecismo  de la Iglesia  Católica
la proclamación de la Palabra siempre precede a la celebración de los sacramentos. Cada sacramento es un sacramento de fe cuyo significado se da en la Palabra de  Dios.  Así  como  es un requisito  de  los  servicios  litúrgicos  que  éstos  se  inicien  con una liturgia  de  la  Palabra,  así  también  es  esencial  que  cualquier ministerio público de sanación empiece con la proclamación de la Palabra y su exposición.
m Es a través de la Palabra que el verdadero sanador, Jesucristo,  es  anunciado  y  se  proclama el  significado  de  toda  curación,  como  señal  de  una  salvación plena. Aun  cuando  el  ministerio  de  sanación  se  haga  fuera  del contexto  litúrgico,  nuestro  marco  de referencia para entender la obra de curación del Señor es siempre sacramental.
m Esto quiere decir que todo nuestro ministerio tiene lugar en el tiempo de la Iglesia, cuando la obra de salvación de Cristo se hace presente mediante señales perceptibles a través del poder del Espíritu Santo, mientras nosotros esperamos todavía la plenitud  de la salvación  con  la  resurrección  de  nuestro  cuerpo (Catecismo, 1076).
m La Iglesia misma es el gran sacramento 
(signo e instrumento) a través del cual el Espíritu Santo comunica  la  gracia  sanadora  de  Cristo  (Catecismo  1111).  De  esta manera la economía sacramental proporciona el contexto adecuado para entender todo ministerio de sanación.
m Al igual que cada sacramento actualiza las obras de Jesús en el presente y así prepara para la  plenitud  futura  del  Reino,  así  también  cada  curación  debe  entenderse  como  un signo de  la victoria  de  Jesús,  realizada  de  una  vez  para  siempre  en  su  cruz  y  en  su  resurrección,  que  se  hace presente  aquí y  ahora  como  una  garantía  de  la  curación  completa  y  de  la  gloria  eterna  en  el  Reino venidero.
m El "carisma de curación" no puede ser atribuido a una determinada clase de fieles. En efecto, queda bien claro que San Pablo, cuando se refiere a los diferentes carismas en 1 Co 12, no atribuye el don de los "carismas de curación" a un grupo particular, ya sea el de los apóstoles, el de los profetas, el de los maestros, el de los que gobiernan o el de algún otro; es otra, al contrario, la lógica la que guía su distribución: "Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad" (1 Co 12, 11).
m En consecuencia, en los encuentros  de oración organizados para pedir  curaciones, sería arbitrario atribuir  un "carisma de curación" a una  cierta categoría de participantes,  por ejemplo, los dirigentes de l grupo; no queda otra opción que  la  de confiar en la libérrima  voluntad del Espíritu Santo, el cual    dona a algunos un carisma especial de curación para manifestar la fuerza de la gracia del Resucitado.

m Sin embargo, ni siquiera las oraciones más intensas obtiene la curación de todas las enfermedades. Así, el Señor dice a San Pablo: "Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza" (2 Co 12, 9); y San Pablo mismo, refiriéndose al sentido de los sufrimientos que hay que soportar, dirá "completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia" (Col 1, 24).
8. CLASES DE SANACIÓN
N Aún cuando existen diferentes clases de sanación, es importante observar su interrelación, como el Dr. Philippe Madre lo hace notar de forma insistente: "Es la totalidad de una persona, en su más profunda unidad, la que siempre recibe la gracia de la curación y no sólo una parte de ella, sea física, sicológica o espiritual".
o     Dr. P. Madreen Oraciones de sanación, página 231.

  N Aunque no podemos definir una línea directa entre la enfermedad  y  el  pecado  (ver  Juan  9,2; 5,14; Lc 13,2),  existen  muchas  ocasiones  en  las  que  la  forma  de  la enfermedad, física o  sicológica, tienen su  origen  en el  pecado  y  en la  resistencia a la  voluntad de Dios.
N Por eso, los que ejercen el ministerio de sanación necesitan estar siempre atentos a las posibles  causas  de  la  condición  que  se  les  presenta,  y  este  discernimiento  los  ayudará  a determinar las maneras apropiadas de ejercer el ministerio y el cuidado pastoral.
N Las formas de sanación que se experimentan regularmente en la Renovación Carismática, descritas en Oraciones de sanación, incluyen:
·       Sanación física: la curación de una enfermedad o incapacidadesfísicas.
·    Curación  sicológica:  la  curación  de  heridas  a  la  psique  humana,  incluyendo  heridas emocionales.
·     Curación espiritual: esto significa, sobre todo, "la curación del pecado" que le restituye a una persona su relación con Dios (Padre Cantalamessa).
o     Hermana B. McKenna en Oraciones de sanación, Páginas 226-230.
o    ("La  gracia  de  la  curación  sicológica  siempre  canaliza  la  gracia  de  reconciliación  en  los  tres  principales  niveles racionales del ser humano: una relación con Dios, una relación con otros y una relación con ellos mismos". P. Madre en Oraciones de sanación, página 233.
o    Padre  R.  Cantalamessa  en  Oraciones  de  sanación,  página  219.  En  su  documento,  el  Padre  Cantalamessa  también incluye la "curación interior" bajo la "curación espiritual".
·        Exorcismo  y  Liberación: 
  §  La  Renovación  Carismática  Católica  reconoce  una  distinción importante entre estas dos formas.
§  "El exorcismo está dirigido a la expulsión de demonios o a la liberación de una posesión demoníaca a través de la autoridad espiritual que Jesús le confió a la Iglesia"  (Catecismo,  1673). 
§  Dado  que  este es  un  ejercicio  de  la  autoridad  espiritual  dada  a  la Iglesia,  sólo  aquellos  que están  autorizados  por  la  Iglesia  pueden  ejercer  un  exorcismo  (ver  El Código de Derecho Canónico, canon 1172).
§  Por otro lado, la plegaria para liberación está dirigida a Dios, pidiéndole a Dios que libere de los  espíritus  malignos  a alguien.
§  En  el  Padre  Nuestro  le  pedimos  al  Padre que nos  libre del Maligno. Esto daría la impresión de que se nos autoriza a orar por la liberación de alguno que parezca  estar  bajo  la  influencia  del Maligno. 
9. OTRAS FORMAS
 DE ORACIÓN
N Otras nuevas  formas de oraciones de sanación que requieren más estudio, discernimiento y supervisión pastoral, aunque no están tratadas en forma directa en Oraciones de sanación,  se encuentran en algunos grupos carismáticos y son recomendadas en algunos libros ampliamente leídos:
·        Curación de Recuerdos:
§    Como se mencionó antes, este  concepto fue destacado  por  Juan Pablo II en  su  enseñanza  relacionada  con  el  Año  del  Gran  Jubileo.
§  "Esta  purificación  tiene como  objetivo  la  liberación  de  la  conciencia  personal  y  comunitaria,  de  todas  las  formas  de resentimiento  y  violencia  que  son  el  legado  de  faltas  pasadas"
§  La  importancia  de  este concepto es que extiende el ministerio de sanación más allá de las heridas individuales hasta las heridas sufridas por pueblos enteros y sociedades a través de los males del pasado.
o    Juan Pablo II, Incarnationis Mysterium (1998), página 11.
o    Comisión Internacional de Teología, Memoria y Reconciliación (2000), Introducción.
o   El Obispo J. Grech describe tal curación de las heridas originadas en el pasado de Tasmania como colonia penal, en Oraciones de sanación, página 291.
  ·        Curaciones  intergeneracionales:  Esta  forma  de  curación  se  refiere  a  la  curación  de heridas y desórdenes transmitidos por ancestros y que a veces se le conoce como la curación del árbol de la familia.    
o     La manera de plegaria para curar se menciona por J. Pliya en Oraciones de sanación, página 262.
  ·        Curación  de  la  tierra: 
ü  Existe  una  creciente  conciencia  sobre  la  conexión  entre  los pecados  humanos  y  los  males  que  afligen  a  la  tierra  (sequías,  contaminación,  inundaciones, agotamiento de las especies, etcétera), una percepción que va de acuerdo con estudios ecológicos  modernos.
o     Esta  relación está  particularmente  relacionada  con el  derramamiento de  sangre:  verla  historia  de  Caín  y  Abel  (Gen 4,10-11; ver también Isaías 24,1 -6; Jeremías 14,1-7; Oseas 4,1-3.
ü  Las  oraciones  y  el  arrepentimiento  por los  pecados  humanos  que  producen estas calamidades, contribuyen a que la tierra se libere de ellas.

10.  Retos Teológicos puestos por
la Experiencia Católica del Ministerio de Sanación.

a.   El lugar del Sufrimiento
m Un  área  obvia  es  el  lugar  del  sufrimiento  en  la  vida  cristiana.  La espiritualidad  católica, ilustrada  en  la  vida  de  tantos  santos,  siempre  ha  entendido  que  el  seguir  a  Jesús  involucra sufrimiento.
m Las palabras de Jesús: "El que no cargue su cruz y me siga, no es digno de mí", ha marcado  firmemente la  conciencia  cristiana. El  Papa Juan Pablo II enfatizó  cómo  la  pasión  de Jesús santificó el sufrimiento humano e hizo posible un sufrimiento de redención en unión con el Señor (Salvifici Doloris, 19).
m El corolario de esta espiritualidad del sufrimiento fue que todo cristiano debe aceptar en la fe todos los sufrimientos que surjan en la vida

  Aunque los enfermos hayan buscado a menudo su  curación  en  la  oración,  y  particularmente  en  los  santuarios  de  Santos  y  en  otros  lugares sagrados, el ministerio explícito de sanación no era una respuesta acostumbrada.
m La experiencia de la gracia sanadora de Dios en la Renovación Carismática, y la abundancia de la misericordia divina  demostrada  a través  de esta  gracia, origina importantes  preguntas  sobre cómo  nosotros, siendo  cristianos  que  creemos  en  la  victoria  de  Jesús,  respondemos  a  la  enfermedad,  a  la adversidad y a todos los esquemas del Maligno.


m Es un reto dejarse purificar de  actitudes pasivas  ante  el  malasí,   cuando  no  ocurra  la  curación,  la   aceptación  positiva  del  sufrimiento  será una postura activa de fe y no  una simple resignación pasiva. 

Contrariamente a la creencia popular de que  el  gozo  y  el  sufrimiento  son  incompatibles,  los  que  aceptan  tal  sufrimiento  en  la  fe descubren que puede estar acompañado por un profundo gozo en el Espíritu.

b.  La Actividad de
 Espíritus Malignos

m La  experiencia  de  los  que  participan  de  la  Renovación  Carismática  Católica  es  que,  un nuevo  nivel  de  conciencia  del  Espíritu  Santo  a  menudo  está  acompañado  de  una  nueva  conciencia   de   los   espíritus   malos.  
m Aunque   de   ninguna   manera   éste   sea   un   importante descubrimiento,  dado  que  la  Iglesia  nunca  ha  dejado  de  percibir  la  obra  de  Satanás  (por ejemplo, la plegaria de León XII a San Miguel), La versión corta de la plegaria es como sigue: 


  "San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestra protección contra la maldad y las trampas del demonio. Quiera Dios apartarlo, humildemente te lo    suplicamos. Oh Príncipe de la morada celestial, por el poder de Dios, arroja al infierno a Satanás y a todos los otros espíritus malignos que merodean por el mundo buscando la ruina de las almas. Amén".
La experiencia de los católicos carismáticos es que a menudo sienten que la obra de Satanás  no  es  tomada  en  serio  por  mucha  gente en la  Iglesia. 
m Hay  poca predicación  sobre este tema  y  muy  poca  instrucción  en  la  mayoría  de  los  seminarios;  muy  pocas  diócesis  tienen  un exorcista. 
Ante esta situación, muchos católicos en la renovación carismática carecen de bases sólidas y son más vulnerables a enseñanzas fundamentalistas que atribuyen la obra de Dios y la obra de Satanás a una negligencia de las causas creadas y naturales.
m ¿Cómo podrán los fíeles católicos ser más conscientes de la realidad e influencia de espíritus malignos, sin que les causen miedo o les den una atención desproporcionada?
o
    Para  una  discusión  sobre  este  tema,  ver  las  obras  del 
·         Padre  G  Amorth,  Un  Exorcista  Cuenta  Su  Historia,  y  Un exorcista: Más Historias, ambas publicadas por Ignatius Press (San Francisco, 1990 y 1992 respectivamente).
·         Resulta una ayuda para este tema el Documento de Malinas no. 4: L.J. Cardenal Suenens, La Renovación y el Poder de la Oscuridad (Ann Arbor: Servant / Londres: Darton, Longman & Todd, 1983).

c.   Discernimiento sobre los Carismas de Sanación
m La   experiencia   de   las   oraciones   y   del   ministerio   de   sanación   en   la   Renovación Carismática Católica ha llamado la atención sobre la distinción entre los carismas específicos de sanación, otorgados a miembros particulares de la Iglesia para el bien de todos (1 Cor 12,7.9), y las  oraciones  de  sanación  en  el  poder  del  Espíritu,  hechas  por  cualquier  cristiano. 
m Esta  diferencia se menciona al final de la Primera epístola a los Corintios 12, donde la pregunta retórica de  San  Pablo:  ¿Tienen  todos  carismas  de  sanación?  (1Cor  12,30) claramente  indica  que, mientras  todos  los  cristianos  pueden  ser  vehículos  de  curación,  sólo  a  personas  específicas  se les ha dado el carisma de sanación. Obsérvese que San Pablo utiliza el plural para ambos términos: "carismas de curaciones" en 1 Cor 12,9.28.30.

m El Catecismo también observa que el Espíritu Santo otorga a algunas personas carismas especiales de sanación (1508). En   esta   situación,   es   importante   reconocer   que   todos   los   carismas   requieren discernimiento  dentro  del  Cuerpo  de  Cristo  y  esta  es  la  responsabilidad  particular  de  la autoridad  jerárquica. 
m Para  los  que  han  recibido  claros  carismas  de  sanación  y  los  ejercen públicamente más allá de la parroquia o de su comunidad local, es apropiado que estos carismas sean discernidos por el Obispo Ordinario del lugar local.
m "La práctica regular de oraciones de sanación  en  las  parroquias  locales  y  en  los  grupos  de  oración,  serán  discernidas  naturalmente por sus líderes, los cuales están bajo la autoridad del Ordinario del lugar.
m Para muchos Obispos, 
 el discernir sobre los carismas de sanación es también algo nuevo, y aquí es donde se necesita el compartir experiencias y sabiduría a todos los niveles dentro de la Iglesia. 
 m ¿Podrán  encontrarse  caminos  para  que  los  ministerios  de  sanación  en  la  Iglesia,  den mayor  cuenta  de  su  actividad  a  las  autoridades  de  la  Iglesia,  con  reportes  regulares  de  su ministerio y con la discusión de las situaciones que se presenten?

d. Sanación y Evangelización
m Muchos estudios sobre las curaciones obradas por Jesús durante su ministerio, enfatizan la relación entre sus enseñanzas (la proclamación de la Buena Nueva) y sus "obras", las curaciones y  milagros  que  realizó.  Estas  curaciones  "corroboraban  el poder  de  la  proclamación  del  Evangelio"
m Es  importante  tener  presente  la  observación  hecha por  el  Padre    Cardenal Albert Vanhoye:  "Las  curaciones  [de  Jesús]  fueron  no  sólo  una manifestación  de  poder,  sino  también  y  sobre  todo,  una  expresión  de  amorosa  bondad  y misericordiosa,  y  por  esa  razón  tienen  una  mayor  e  íntima  conexión  con  el  Reino  de  Dios".
o     Padre (ahora Cardenal) A. Vanhoye en Oraciones de sanación, página 35.
m Esta  observación  puede  proporcionar  un  suplemento  y  corrección  que  son  necesarios  para  un ejercicio mayor del "poder evangelizador", esto es, la evangelización acompañada de demostraciones sobrenaturales del poder de Dios. 
  Esta  comprensión  del  ministerio  de  Jesús  origina  cuestiones  importantes  para  nuestra práctica  católica  de  evangelización. 
 m Mientras  que  en  años recientes  ha  habido  un  esfuerzo mundial  para  que  la  Iglesia  le  dé  importancia  a  una  "nueva  evangelización",  atendiendo  el llamado del Papa Juan Pablo II, sin embargo, poca atención relativamente se le ha dado al lugar del  ministerio  de sanación,  en la  proclamación  del  evangelio.  
Más  aún,  salvo  algunas  notables excepciones,  el  ministerio  de  sanación  en  la  Renovación  Carismática  Católica  parece  haberse dirigido en su mayor parte a los miembros de la Iglesia, más que a los que se encuentran fuera de  ella. 
m El  testimonio  bíblico    subraya  la  importancia  de  proclamar  el  Evangelio  a  los  no creyentes  con  una  fe  en  que  la  predicación  de  la  Palabra  vaya  acompañada  y  confirmada  con señales y prodigios (ver Marcos 16,20).
m ¿Cómo podremos restaurar una integración adecuada de la predicación y de la sanación en la evangelización católica?




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