0. INTRODUCCIÓN
4 "El
hombre está llamado a la alegría, pero experimenta diariamente tantísimas
formas de sufrimiento y de dolor".(1) Por eso el Señor, al
prometer la redención, anuncia el gozo del corazón unido a la liberación del
sufrimiento (cf. Is 30,29; 35,10; Ba 4,29). En efecto, Él es "aquel que
libra de todo mal" (Sab 16, 8).
·
(1) JUAN
PABLO II, Exhortación Apostólica Christifideles laici, n. 53, AAS 81(1989), p.
498.
4 Entre los
sufrimientos, aquellos que acompañan la enfermedad son una realidad
continuamente presente en la historia humana, y son también parte del profundo
deseo del hombre de ser liberado de todo mal.
4 Pero la
enfermedad se manifiesta con un carácter ambivalente, ya que por una parte se presenta como un mal cuya aparición en
la historia está vinculada al pecado y del cual se anhela la salvación,
y por otra parte puede llegar a ser medio de victoria contra el pecado.
*********
& Cuando se trata de
hablar del carisma de curaciones propuesto por el Apóstol San Pablo en la 1Cor
12,9; es muy importante tener presente la concepción que tiene el apóstol de la
Iglesia.
& En la
carta a los Efesios 1,22-23 encontramos esto:
m "(Dios
padre) sometió todo bajo sus pies y le constituyó (Jesús) cabeza suprema de la Iglesia, su cuerpo";
·
Col 1,18: "El es también la cabeza del cuerpo
que es la iglesia".
&
Sabemos por nuestra tradición que Jesús inicia su
Iglesia con el grupo de los Discípulos que llama a su servicio (Mc 3,13-19; Mt
14,18-19); los envía a realizar la misión suya (Lc 10,1-13) y los revistió con
la fuerza que viene de lo alto para ser sus testigos (Hech 1,8; 2,1-4).
&
Estos discípulos los reviste de poder para obrar en
su nombre, al punto tal que nos dice el evangelio en Jn 14,12-14:
m 12"En verdad, en verdad os
digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores
aún, porque yo voy al Padre. 13.Y todo lo que pidáis en mi
nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14.Si
me pedís algo en mi nombre, yo lo haré."
& Por
tanto, para tener certeza en que consiste el ejercicio del Carisma de
Curaciones es indispensable hacer una mirada a al ministerio de Jesús: Salvar a la humanidad. Mirémoslo a él para
poder aprender del Maestro en el ejercicio de este este servicio.
1. EL MINISTERIO
DE JESÚS: SALVAR
El ejercicio del ministerio de Jesús, es precisamente el de salvar a la humanidad. "Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él" (Jn3,17).
2. EL CARISMA DE CURACIONES
&
1. El Antiguo Testamento
LA ENFERMEDAD ESTÁ CONECTADA
AL PECADO Y AL MAL por DES-OBEDIENCIA
& En el Antiguo
Testamento, mientras
el pueblo de
Dios intenta resolver
el problema del sufrimiento, el Señor revela
gradualmente la relación
fundamental que existe entre el pecado, la enfermedad y
la redención. "La
experiencia de Israel
es donde la
enfermedad está
misteriosamente ligada al
pecado y al
mal" (Catecismo,
1502).
&
Aunque contrario a las
intenciones de Dios
para la humanidad,
el sufrimiento del
cuerpo es uno
de los males
que afligen a los
seres humanos como
consecuencia del pecado.
& En A.T. la enfermedad es
prominente entre
los castigos de Dios por la
infidelidad de su pueblo a la Alianza. (Deuteronomio 28, 15-35): V15. "Si desoyes la voz de Yahveh tu Dios, y no cuidas de practicar todos tus mandamientos y sus preceptos, que yo te prescribo hoy, te sobrevendrán y te alcanzarán todas la maldiciones siguiente..."
& Otro Texto Núm 21,4-9: La serpiente de Bronce.
& Otro Texto Núm 21,4-9: La serpiente de Bronce.
& Existe una dimensión corporativa tanto del pecado como de la retribución, dado que cada persona es
parte del pueblo
que se relaciona
con Dios como
socio de la
Alianza.
& El Antiguo
Testamento a
veces también reconoce una relación
entre la enfermedad y la culpa individual; en los Salmos, la
súplica de curación
del hombre enfermo
está frecuentemente asociada
con la confesión de pecados. Ver Salmos 32, 3-5; 38,2-18; 39, 8-12; 107,17;
ver también Números 12,9-10; 2Cron 26,16-21.
¿Y EL JUSTO QUE SUFRE?
ESTE ES EL OBENDIENTE
ESTE ES EL OBENDIENTE
& Sin
embargo, la figura del
hombre justo que
sufre, reflejada en los Salmos y en el libro de Job,
muestra que no es legítimo asumir que todas las enfermedades son atribuidas a
faltas personales.
& En
el Antiguo Testamento,
la experiencia de la enfermedad
se convierte en una ocasión para acudir a Dios con profunda
confianza en su compasión y en su habilidad para curar (Sal 6; 38; 39;
41; 88; 102;
Is 38,1-20).
ALGUNAS CURACIONES
& En
verdad, algo esencial del
carácter de Dios se revela en
su misericordia hacia las
personas que sufren,
aún cuando se
reconoce el sufrimiento
como un castigo por
los pecados.
& Aunque
en el Antiguo
Testamento son raras
las curaciones individuales, recordemos algunas como: El hijo de la viuda de "Zarepta" en 1 Re 17, 17-24; el hijo de la viuda sunamita en 2 R 4,18-37; "Naaman" en 2 R 5,1-14; "Hezequias" en Isaías 38,1-20; Tobit en Tobias.
& Los Salmos dan frecuentemente testimonio
de las curaciones de Dios concedidas a aquellos que se claman a Él y confían
con esperanza (Sal 6; 41; 107; ver Núm 12,1-16; Sir-Eclo 38,9).
LOS TIEMPOS MESIÁNICOS
& La curación de
enfermedades y de
condiciones enfermizas se
encuentra entre las
señales prominentes de los futuros
tiempos mesiánicos anunciados
por los profetas, donde
la misma muerte será
superada (Isaías 35,5-6;
61,1-3; 65,19-20).
& La
posibilidad de un
designio trascendente del sufrimiento
aparece en la
profecía de Isaías 53, donde
ocurre la expiación a través del sufrimiento vicario de parte de
un hombre inocente, representante del pueblo.
3. EL CARISMA DE CURACIONES
2. El Nuevo Testamento
EL MINISTERIO DE JESÚS
EL MINISTERIO DE JESÚS
& En el Nuevo Testamento, la sanación
aparece como una dimensión integral del
ministerio público de Jesús,
inseparablemente ligado a
la proclamación del
evangelio.
ENSEÑANZA Y PROCLAMACIÓN
& Sin
duda, los evangelios resumen la
actividad de Jesús bajo el doble aspecto de enseñanzas y de sanación:
"Y recorría toda la
Galilea,enseñando en las
sinagogas de ellos,
y proclamando la
Buena Nueva del reino
y sanando toda
enfermedad y toda
dolencia en el
pueblo" (Mt 4,23
ver 9,35; Lc 9,11).
JESÚS EL MÉDICO
& Jesús se
identificó a sí
mismo como un
médico (Mt 9,12)
y su misión
como la de
quien salva/sana a los
perdidos (Lc 19,10;
ver Jn 3,17;
12,47).
o El término griego sozein abarca ambos
significados de "curar" y "salvar". Otros dos verbos que se
usan regularmente para curación en el Nuevo Testamento son iasthai (sanar,
curar) y therapeuein (tratar, cuidar de, sanar).
& La
primera predicación apostólica según los Hechos
de los Apóstoles, enfatiza
sus obras de curación:
"Cómo Dios ungió
a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder, y cómo pasó
haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios
estaba con Él" (Hech 10,38; ver Hech 2:22).
& De hecho, "ninguna imagen...
está tan profundamente
grabada en la
Tradición cristiana de
los primeros días, como la de Jesús, el gran médico que
obró milagros".
SEÑALES Y PRODIGIOS
& Con frecuencia el Nuevo Testamento se refiere a curaciones, al igual que
liberaciones de espíritus diabólicos y otras obras milagrosas, como "señales
y prodigios".
- Mateo 24,24; Marcos 13,22; Juan 4,48; Hechos 4,30; Romanos 15,19; 2Corintios 12,12; 2Tesalonicenses 2,9; Hebreos 2,4.
& Esta frase significa dos aspectos relacionados.
& Primero, las
curaciones son "señales"
ü porque son una revelación
de Jesús en su
identidad y en
su misión mesiánica.
Apuntan hacia su
poder divino, su amor y
compasión por el sufrimiento humano, y su victoria definitiva sobre cualquier
tipo de mal.
ü Ellas son testigos
tangibles de la
verdad de las nuevas
noticias que Él
proclama.
ü De este
modo, las curaciones son una
manifestación visible del Reino (Lucas 7,20-23), que se han vuelto una realidad presente
en Jesús, aunque
todavía no esté
completamente realizado.
ü "En los
milagros de curación efectuados por
el Señor y por los
Doce, Dios nos
muestra su poder
misericordioso sobre el mundo. Son esencialmente "señales" que
apuntan hacia Dios mismo y sirven para que el hombre se mueva hacia Dios".
o Papa Benedicto XVI, Jesús de Nazaret (Ciudad
del Vaticano: Librería Editrice Vaticana, 2007), página 176.
& Segundo,
las curaciones
son "prodigios"
ü porque conllevan
una respuesta de
asombro, admiración, alabanza y gratitud.
- (Mc 5,19-20: el endemoniado de Gerasa y la piara de puercos)
- (Mc 7,37; Lucas 13,13.17; 18,43; 19,37-38;
Juan 9,38.
LAS CURACIONES
TIENEN UNA INTENCIÓN
& En los Evangelios está claro que
las curaciones no son un fin en si mismas;
& de hecho, el relato de los diez
leprosos sugiere que la curación sólo es completa cuando quien
la recibe es
llevado a una
relación con Jesús
en la que
se le reconoce
y venera como lo que es (Lc 17,11-19;
Mc 10,52).
JESÚS TOMA LA INICIATIVA
& En algunos casos el mismo Jesús
toma la iniciativa para curar.
- (Mc 10,46-52: Bartimeo el Ciego)
- (Mt 9,1-8: El paralítico cargado por cuatro).
- (Lc 7,11-17: Jesús resucita al joven hijo de la viuda de Naín).
JESÚS SANA POR SOLICITUD
& aunque más a menudo las curaciones se
llevan a cabo
como respuesta a
una solicitud tanto
de la persona
enferma como por un amigo o un
pariente.
- (Mt 9,21-23.35-43: Sanación de la hija de Jairo).
- (Lc 7,1-10: Sanación del siervo del centurión).
JESÚS SANA CON EL PODER DE SU PALABRA
& Algunas veces, la curación se realiza sólo por su palabra.
- (Mt 8,5-13: solo di una palabra tuya y bastará para sanarse).
GESTOS SIMBÓLICOS O TERAPÉUTICOS
& en otras
ocasiones él utiliza un gesto simbólico o medios terapéuticos reconocidos en su
tiempo como la saliva y el barro.
- Mateo 9,27-31; 20,29-34 (los Dos ciegos: les tocó los ojos);
- Marcos 6,5 (imponiéndoles las manos);
- Marcos 7,33 (Tartamudo sordo: dedos y saliva);
- Lucas
13,13 (Mujer encorvada: le impuso las manos);
- Juan 9,1-41 (ciego de nacimiento: barro y saliva y untó los ojos);
- ver también el uso de aceite por los discípulos en Marcos
6,13; Lucas 10,34.
A JESÚS LO MUEVE LA COMPASIÓN
& Invariablemente, el Señor trata con compasión a los
enfermos y dolientes que acuden a él adondequiera
que él va
(Mt 14,14). "El Señor
recibe con agrado sus
solicitudes y los
Evangelios no contienen una
indicación de reproche
por estas plegarias".
JESÚS PIDE LA FE
& Más
bien, lo único
que Jesús pide es fe
como la disposición
que hace posible
la curación al
establecer una relación
de confianza con él
(Mt 9,2.28; Mc 2,5; 9,23;
Lc 5,20; Jn 4,48). Y
al contrario, la falta
de fe inhibe el ejercicio de su
poder de curación (Mc 6,5-6).
SANAR EN SÁBADO:
SIGNO DE LA NUEVA CREACIÓN
& La
predilección de Jesús
para curar en
el día de
Sabbath (sábado), como
se refleja en los Evangelios, no fue por un deseo de
provocar a las autoridades religiosas, sino para hacer notar la nueva creación
por la que se le restituía a la humanidad la plenitud de vida que Dios
quiso desde el
principio.
m Tome en cuenta que todas las curaciones
iniciadas por el propio Jesús, fueron realizadas en el Sábado:
S El hombre con la manos paralizada
(Mateo 12,9-13);
S La mujer lisiada (Lucas 13,10-17);
S El hombre con hidropesía (Lucas
14,1-6);
S El hombre en camilla cerca de la piscina en Bethesda (Juan
5,1-9); y
S El hombre que nació ciego (Juan 9,1-14).
S También aparece un exorcismo en
Sábado en la Sinagoga: Marcos 1,21-26.
ENFERMEDAD CAUSA:
EL PECADO Y SATANÁS
& Él vio la
enfermedad tanto como
la consecuencia del
pecado, como
una señal del poder de Satanás sobre los seres humanos, de quien Él vino a
liberarlos (Mt 12,22; Lc 13,16; Jn 5,14).
Por esta razón, con frecuencia los Evangelios mencionan sus curaciones junto
con la liberación
de aquellos oprimidos
por demonios, sin
hacer siempre una clara
distinción entre los dos.
- Ver Resúmenes de curaciones y liberaciones: Mateo 4,24; 8,16; 10,1; Marcos 1,32; Lucas
6,17-18; 7,21; 8,2; Hechos 5,16; 8,7; 10,38;19,12.
& Las obras de sanación y liberación del Señor, como señales anticipadas de su obra completa de salvación, tuvieron lugar con el costo de su propio sacrificio corporal.
& Las obras de sanación y liberación del Señor, como señales anticipadas de su obra completa de salvación, tuvieron lugar con el costo de su propio sacrificio corporal.
& San Mateo, después
de darse cuenta
que "le llevaron
a muchos que
estaban poseídos por demonios;
y les quitaba
estos espíritus con
una palabra y
sanaba a todos
aquellos que estuviesen enfermos", liga
explícitamente esta actividad
mesiánica con el
sufrimiento que llevaba el Siervo
del Señor: "Esto fue para cumplir
lo que fue dicho por
el profeta Isaías, 'Él tomó nuestras flaquezas y cargó con
nuestras enfermedades'" (Mt 8,16-17).
LA SANACIÓN TOTAL A
PARTIR DE LA RESURRECCIÓN
& Al
igual que los malestares
físicos simbolizan las
diferentes formas de
enfermedades espirituales que
afligen a la
humanidad decadente, tales como la
ceguera, sordera o
parálisis espirituales,
así la curación
física es una señal
externa de la
restauración interior que
ocurre a través del
perdón de los
pecados (Mc 2,1-12;
Jn 5,14).
& Sin
embargo, la conexión
entre la redención y la salud del
cuerpo no es absoluta, al igual que entre el pecado y la enfermedad (ver Jn
9,3). La sanación total (salvación)
de la persona integral humana, cuerpo y
espíritu, se dará sólo hasta la
resurrección del cuerpo
en el último
día (Rm 8,18-23;
2 Cor 4,16-18). Hasta entonces, en la vida de la Iglesia, el
reino mantiene un aspecto de ocultamiento.
& De este modo, es un
error asumir que la voluntad
de Dios es
curar toda enfermedad
y dolencia en
esta vida. Jesús instruye a sus seguidores que
no sólo curen a los enfermos sino que también los "visiten" (Mt 25,36).
& De hecho, existen algunos casos en el Nuevo Testamento donde la enfermedad permanece, cuando menos por un tiempo, a pesar de los dones de sanación de los apóstoles (Gal 4,13; Flp 2,26-27; 2 Tm 4,20).
& De hecho, existen algunos casos en el Nuevo Testamento donde la enfermedad permanece, cuando menos por un tiempo, a pesar de los dones de sanación de los apóstoles (Gal 4,13; Flp 2,26-27; 2 Tm 4,20).
& Al comisionar a
los apóstoles a
que continúen su
misión de salvación,
Jesús reafirma la relación intrínseca
entre la curación
y la proclamación
del evangelio.
Le da a
los doce "autoridad sobre
espíritus inmundos, para
sacarlos de las
personas afectadas y
para curar toda enfermedad y toda dolencia" (Mt 10,1), y
les encarga:
"Proclamad que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis, dadlo gratis" (Mt 10,7-8).
"Proclamad que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis, dadlo gratis" (Mt 10,7-8).
& Él
repite este encargo
cuando envía a
los setenta y dos.
"Cuando entréis
a un pueblo
y éste os reciba...
curad a los
enfermos que ahí
se encuentren y decidles:
'El Reino de
Dios está cerca
de vosotros'" (Lc 10,8-9).
& Después de
su resurrección, Jesús amplía
la autoridad para
curar, diciendo dentro
de las señales
que acompañarán a los
creyentes: "Ellos pondrán sus manos sobre los enfermos y ellos sanarán" (Mc
16,18). Como la Instrucción hace notar, el poder de curar "es dado dentro de un
contexto misionero, no para su propia exaltación sino para confirmar su
misión".
4. EL CARISMA DE CURACIONES
CUANDO JESÚS YA NO ESTÁ FÍSICAMENTE ... LOS DISCÍPULOS OBRAN LOS MISMAS CURACIONES
& Lucas registra el cumplimiento de
las palabras de Jesús en las
numerosas curaciones que obraron los
apóstoles (Hch 2,43;
3,1-8; 5,12) y
otros discípulos como
Esteban (Hech 6,8) y
Felipe (Hech 8,6-7).
Es a través de estas obras milagrosas, por las que el mismo Dios ofrece el testimonio (Hb 2,3-4) que confirma el poder del mensaje hablado y convence a los que escuchan su verdad (Hech 4,29-30; 8,6; 14,3; Rm 15,18-19).
Es a través de estas obras milagrosas, por las que el mismo Dios ofrece el testimonio (Hb 2,3-4) que confirma el poder del mensaje hablado y convence a los que escuchan su verdad (Hech 4,29-30; 8,6; 14,3; Rm 15,18-19).
& También Pablo
se refiere a
tales obras milagrosas como
a "las señales
de un verdadero
apóstol" (2 Cor 12,12).
& En
algunas ocasiones los apóstoles
son obligados a soportar
penas para aclarar
que es Jesús
resucitado quien cura, no ellos, que son simplemente sus instrumentos (Hech
3,12; 14,8-18).
5. CARISMA DE
CURACIONES
& En la Primera
Epístola a los Corintios, San Pablo nos da una breve
mirada a la experiencia de curaciones milagrosas
de los primeros
tiempos de la
Iglesia. Ahí se
refiere a las
oraciones para lograr curaciones como un don particular
otorgado en gran medida por el Espíritu, a ciertos individuos (1 Cor 12,9.28.30).
& Esto, evidentemente, es un don para
obtener curación para otros a través de las oraciones, quizá acompañado por un
gesto simbólico.
& La Carta de San
Santiago alude a una
situación algo diferente,
donde las plegarias
por los enfermos son una
acción sacramental llevada a cabo por los ancianos de la
Iglesia; sin embargo, en el mismo contexto el autor hace notar la eficacia de
las oraciones por los enfermos, por parte de cualquier cristiano: "¿Está alguno
enfermo entre vosotros?
Llame a los
presbíteros de la
Iglesia y oren
sobre él, ungiéndole con óleo en
nombre del Señor; y la oración de fe curará/salvará (sózein) al enfermo, y lo
levantará el Señor;
y si hubiere
cometido pecados, le
serán perdonados. Por
tanto, confesaos unos a
otros los pecados
y orad unos
por otros para
que seáis sanados/salvados (sózein)" (Sant
5:14-16).
"Los
verbos 'salvará' y
'levantará' no
sugieren una acción
encaminada exclusiva o predominantemente a
la curación física,
pero de cierta manera la
incluyen".
& Estos textos en la Primera Epístola
a los Corintios y en la Carta del Apóstol
Santiago, dejan en claro el carácter esencialmente
gratuito de la
curación como algo que
viene de la
libre iniciativa de
Dios, y el
contexto eclesial de
la curación como
una manifestación de "el poder del Espíritu que, a través de
la Iglesia, hace que el misterio de Cristo esté presente en los diferentes
ministerios".
6. LA TEOLOGÍA
DEL SUFRIMIENTO
"El que no lleve su cruz
y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío." (Lc 14,27)
& Aunque
dice mucho sobre
curación, el Nuevo
Testamento también desarrolla
con gran profundidad la teología
del sufrimiento cuyas raíces
radican en el
Antiguo Testamento.
& Basándose en
las palabras del
mismo Cristo (Lc 14,27), las
dificultades y aflicciones
de todo tipo, ahora son vistas
como de un inestimable valor en la participación del misterio pascual de Cristo (Flp 3,10; 1 Ped
4,13).
& Son, tanto medios
de santificación personal
que preparan al individuo para la gloria eterna (Rm 5,3; 2Cor 4,17; 2Tes 1,4-5),
como una fuente
misteriosa de gracias para
otros (2Cor 1,6; 4,10-12).
& Debido a este
designio trascendente, incluso
podemos regocijarnos en el
sufrimiento: "Ahora
me alegro por
los padecimientos que
soporto por vosotros, y
completo en mi
carne lo que falta a
las tribulaciones de
Cristo, en favor
de su Cuerpo, que es la
Iglesia" (Col 1,24; ver 1Ped 5,9).
En estos contextos, los sufrimientos aludidos son
generalmente aquellos que resultaron de labores apostólicas o persecuciones,
pero la Iglesia siempre los ha
considerado como una
extensión legítima de
las enfermedades y
dolencias del cuerpo y de
cualquier otro tipo de sufrimiento.
7. UNA TEOLOGÍA
DE LA SANACIÓN
m En su libro, Jesús de Nazaret, el
Papa Benedicto XVI escribe: "
El curar es una dimensión esencial de
la misión apostólica y de la fe Cristiana en general".
Incluso se puede decir que la
cristiandad es: "una
religión terapéutica, una
religión de sanación.
Cuando se le
entiende a un nivel
suficientemente profundo, esto
expresa el contenido
completo de la
redención".
m Papa Benedicto XVI, Jesús de Nazaret (Ciudad
del Vaticano: Librería Editrice Vaticana, 2007), página 176.
m La salvación en
Cristo es en
última instancia la
curación de la
herida más profunda
de la humanidad: la herida de
nuestros pecados y de nuestro alejamiento de Dios. Por el contrario, la
plenitud del curar es el perdón de nuestros pecados y la restauración de la
comunión con Dios. "Quien verdaderamente desee
curar al hombre,
deberá verlo en
su concepto integral
y debe saber que su última
curación sólo puede ser el amor de Dios"
m Ibid página 177.
m Con el poder del Espíritu Santo,
el
Señor resucitado continúa manteniendo presentes en la Iglesia las obras de
curación y salvación que Él realizó durante su vida en la tierra.
m El Catecismo enseña que al
igual que Jesús
tocó y sanó
al enfermo durante
su ministerio en
la tierra, así en los sacramentos Cristo continúa
"tocándonos" para sanarnos" (1504).
m La Iglesia "cree en la presencia dadora
de vida de Cristo, el doctor de almas y cuerpos. Esta presencia está
particularmente activa a través de los sacramentos, y en una forma especial y
completa, a través de la Eucaristía, el pan que proporciona vida eterna y que
San Pablo sugiere está conectado con la salud del cuerpo" (1509).
m Es
por esto que, "la Renovación Carismática
Católica siempre busca deliberadamente orar
por sanación dentro
de un marco sacramental... Esta
relación entre las oraciones de sanación y los sacramentos... se debe
principalmente al instinto de fe, que entre los Católicos busca integrar los
carismas con la vida sacramental católica en su conjunto, la que a su vez
se descubre a
través de la
gracia de la
efusión del Espíritu Santo".
m "Los grupos y comunidades
católicas de oración no quieren simplemente ser identificados con las oraciones
de sanación que uno encuentra en movimientos o comunidades no católicas, donde
esta dimensión sacramental es menos importante".
m Un
encuentro con el
poder sanador de Cristo
en un contexto sacramental,
que muchos han
experimentado en la Renovación
Carismática, puede contribuir a una
renovación de la fe sacramental, una conciencia más profunda de que el
Señor resucitado está presente y actúa personalmente en los sacramentos para
comunicar su gracia que da vida.
m La doctrina católica sobre la Palabra y
los Sacramentos le da expresión teológica al
testimonio bíblico sobre la
proclamación del Reino
y los signos
visibles de su
advenimiento.
m En la teología renovada del Catecismo
de la Iglesia Católica,
la proclamación de la Palabra siempre precede a la celebración de los
sacramentos. Cada sacramento es un sacramento de fe cuyo significado se da en
la Palabra de Dios. Así
como es un requisito de
los servicios litúrgicos
que éstos se
inicien con una liturgia de la Palabra,
así también
es esencial que
cualquier ministerio público de sanación empiece con la proclamación de
la Palabra y su exposición.
m Es a través de la Palabra que el
verdadero sanador, Jesucristo, es anunciado
y se proclama el
significado de toda
curación, como señal
de una salvación plena. Aun cuando
el ministerio de
sanación se haga
fuera del contexto litúrgico,
nuestro marco de referencia para entender la obra de
curación del Señor es siempre sacramental.
m Esto quiere decir que todo nuestro
ministerio tiene lugar en el tiempo de la Iglesia, cuando la obra de salvación
de Cristo se hace presente mediante señales perceptibles a través del poder del
Espíritu Santo, mientras nosotros esperamos todavía la plenitud de la salvación con
la resurrección de
nuestro cuerpo (Catecismo, 1076).
m La Iglesia misma es el gran sacramento
(signo e instrumento) a través del
cual el Espíritu Santo comunica la gracia
sanadora de Cristo
(Catecismo 1111). De
esta manera la economía sacramental proporciona el contexto adecuado
para entender todo ministerio de sanación.
m Al igual que cada sacramento
actualiza las obras de Jesús en el presente y así prepara para la plenitud
futura del Reino,
así también cada curación
debe entenderse como
un signo de la victoria de
Jesús, realizada de
una vez para
siempre en su
cruz y en
su resurrección, que
se hace presente aquí y
ahora como una
garantía de la
curación completa y
de la gloria
eterna en el
Reino venidero.
m El "carisma de curación" no puede ser atribuido a una determinada clase de fieles.
En efecto, queda bien claro que San Pablo, cuando se refiere a los diferentes
carismas en 1 Co 12, no atribuye el don de los "carismas de curación"
a un grupo particular, ya sea el de los apóstoles, el de los profetas, el de
los maestros, el de los que gobiernan o el de algún otro; es otra, al
contrario, la lógica la que guía su distribución: "Pero todas estas cosas las
obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según
su voluntad" (1 Co 12, 11).
m En
consecuencia, en los encuentros de oración organizados para pedir curaciones,
sería arbitrario atribuir un "carisma de curación" a una cierta
categoría de participantes, por ejemplo, los dirigentes de l grupo; no queda
otra opción que la de confiar en la libérrima voluntad del Espíritu Santo, el
cual dona a algunos un carisma especial de curación para manifestar la fuerza
de la gracia del Resucitado.
m Sin
embargo, ni siquiera las oraciones más intensas obtiene la curación de todas
las enfermedades. Así, el Señor dice a San Pablo: "Mi gracia te basta, que mi
fuerza se muestra perfecta en la flaqueza" (2 Co 12, 9); y San
Pablo mismo, refiriéndose al sentido de los sufrimientos que hay que soportar,
dirá "completo
en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo,
que es la Iglesia" (Col 1, 24).
8. CLASES DE SANACIÓN
N Aún cuando existen diferentes
clases de sanación, es importante observar su interrelación, como el Dr. Philippe Madre lo hace notar de forma insistente: "Es la totalidad de una
persona, en su más profunda unidad, la que siempre recibe la gracia de la
curación y no sólo una parte de ella, sea física, sicológica o espiritual".
o Dr. P. Madreen Oraciones de sanación, página
231.
N Aunque no podemos definir una línea
directa entre la enfermedad y el
pecado (ver Juan 9,2;
5,14; Lc 13,2), existen muchas ocasiones
en las que
la forma de la
enfermedad, física o sicológica, tienen
su origen en el
pecado y en la
resistencia a la voluntad de
Dios.
N Por eso, los que ejercen el
ministerio de sanación necesitan estar siempre atentos a las posibles causas
de la condición
que se les
presenta, y este
discernimiento los ayudará
a determinar las maneras apropiadas de ejercer el ministerio y el
cuidado pastoral.
N Las formas de sanación que se experimentan regularmente en la
Renovación Carismática, descritas en Oraciones de sanación, incluyen:
· Sanación física: la curación de una enfermedad o
incapacidadesfísicas.
· Curación sicológica:
la curación
de heridas a
la psique humana,
incluyendo heridas emocionales.
· Curación espiritual: esto significa, sobre todo, "la
curación del pecado" que le restituye a una persona su relación
con Dios (Padre Cantalamessa).
o Hermana B. McKenna en Oraciones de sanación,
Páginas 226-230.
o ("La
gracia de la
curación sicológica siempre
canaliza la gracia
de reconciliación en
los tres principales
niveles racionales del ser humano: una relación con Dios, una relación
con otros y una relación con ellos mismos". P. Madre en Oraciones de
sanación, página 233.
o Padre
R. Cantalamessa en
Oraciones de sanación,
página 219. En
su documento, el
Padre Cantalamessa también incluye la "curación
interior" bajo la "curación espiritual".
·
Exorcismo y
Liberación:
§ La
Renovación Carismática Católica
reconoce una distinción importante entre estas dos formas.
§ "El exorcismo está dirigido a la expulsión de
demonios o a la liberación de una posesión demoníaca a través de la autoridad
espiritual que Jesús le confió a la Iglesia" (Catecismo,
1673).
§ Dado que
este es un ejercicio
de la autoridad
espiritual dada a la
Iglesia, sólo aquellos
que están autorizados por
la Iglesia pueden
ejercer un exorcismo
(ver El Código de Derecho
Canónico, canon 1172).
§ Por otro lado,
la plegaria
para liberación está dirigida a
Dios, pidiéndole a Dios que libere de los
espíritus malignos a alguien.
§ En
el Padre Nuestro
le pedimos al
Padre que nos libre del Maligno.
Esto daría la impresión de que se nos autoriza a orar por la liberación de
alguno que parezca estar bajo
la influencia del Maligno.
9. OTRAS FORMAS
DE ORACIÓN
N Otras nuevas formas de oraciones de sanación que requieren más
estudio, discernimiento y supervisión pastoral, aunque no están tratadas en
forma directa en Oraciones de sanación,
se encuentran en algunos grupos carismáticos y son recomendadas en
algunos libros ampliamente leídos:
·
Curación de Recuerdos:
§ Como se mencionó antes, este concepto fue destacado por Juan Pablo II
en su
enseñanza relacionada con el Año del
Gran Jubileo.
§ "Esta purificación
tiene como objetivo la
liberación de la
conciencia personal y
comunitaria, de todas
las formas de resentimiento y
violencia que son
el legado de
faltas pasadas".
§ La
importancia de este concepto es que extiende el ministerio
de sanación más allá de las heridas individuales hasta las heridas sufridas por
pueblos enteros y sociedades a través de los males del pasado.
o Juan Pablo II, Incarnationis Mysterium (1998),
página 11.
o Comisión Internacional de Teología, Memoria y
Reconciliación (2000), Introducción.
o El Obispo J. Grech describe tal curación de las
heridas originadas en el pasado de Tasmania como colonia penal, en Oraciones de
sanación, página 291.
·
Curaciones intergeneracionales: Esta forma de
curación se refiere
a la curación
de heridas y desórdenes transmitidos por ancestros y que a veces se le
conoce como la curación del árbol de la familia.
o La manera de plegaria para curar se menciona
por J. Pliya en Oraciones de sanación, página 262.
·
Curación de
la tierra:
ü Existe una
creciente conciencia sobre
la conexión entre
los pecados humanos y
los males que
afligen a la
tierra (sequías, contaminación, inundaciones, agotamiento de las especies,
etcétera), una percepción que va de acuerdo con estudios ecológicos modernos.
o Esta
relación está
particularmente relacionada con el
derramamiento de sangre: verla
historia de Caín
y Abel (Gen 4,10-11; ver también Isaías 24,1 -6;
Jeremías 14,1-7; Oseas 4,1-3.
ü Las
oraciones y el
arrepentimiento por los pecados
humanos que producen estas calamidades, contribuyen a que
la tierra se libere de ellas.
10. Retos Teológicos puestos por
la Experiencia
Católica del Ministerio de Sanación.
m Un área obvia
es el lugar
del sufrimiento en
la vida cristiana. La espiritualidad católica, ilustrada en
la vida de
tantos santos, siempre
ha entendido que
el seguir a
Jesús involucra sufrimiento.
m Las palabras de Jesús: "El
que no cargue su cruz y me siga, no es digno de mí", ha
marcado firmemente la conciencia
cristiana. El Papa Juan Pablo II
enfatizó cómo la pasión de Jesús santificó el sufrimiento humano e
hizo posible un sufrimiento de redención en unión con el Señor (Salvifici
Doloris, 19).
m El corolario de esta espiritualidad
del sufrimiento fue que todo cristiano debe aceptar en la fe todos los
sufrimientos que surjan en la vida.
Aunque los enfermos hayan buscado a menudo su curación en la oración, y particularmente en los santuarios de Santos y en otros lugares sagrados, el ministerio explícito de sanación no era una respuesta acostumbrada.
Aunque los enfermos hayan buscado a menudo su curación en la oración, y particularmente en los santuarios de Santos y en otros lugares sagrados, el ministerio explícito de sanación no era una respuesta acostumbrada.
m La experiencia de la gracia
sanadora de Dios en la Renovación Carismática, y la abundancia de la
misericordia divina demostrada a través
de esta gracia, origina
importantes preguntas sobre cómo
nosotros, siendo
cristianos que creemos
en la victoria
de Jesús, respondemos
a la enfermedad,
a la adversidad y a todos los
esquemas del Maligno.
m Es un reto dejarse purificar de actitudes pasivas ante el mal;
así, cuando no ocurra la
curación, la aceptación
positiva del sufrimiento
será una postura activa de fe y no una simple resignación pasiva.
m Contrariamente a la creencia popular de que el gozo y el sufrimiento son incompatibles, los que aceptan tal sufrimiento en la fe descubren que puede estar acompañado por un profundo gozo en el Espíritu.
m Contrariamente a la creencia popular de que el gozo y el sufrimiento son incompatibles, los que aceptan tal sufrimiento en la fe descubren que puede estar acompañado por un profundo gozo en el Espíritu.
m La
experiencia de los
que participan de
la Renovación Carismática
Católica es que,
un nuevo nivel de
conciencia del Espíritu
Santo a menudo
está acompañado de
una nueva conciencia
de los espíritus
malos.
m Aunque de
ninguna manera éste
sea un importante descubrimiento, dado
que la Iglesia
nunca ha dejado
de percibir la obra de
Satanás (por ejemplo, la plegaria
de León XII a San Miguel), La
versión corta de la plegaria es como sigue:
"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla. Sé nuestra protección contra la maldad y las
trampas del demonio. Quiera Dios apartarlo, humildemente te lo suplicamos. Oh Príncipe de la morada
celestial, por el poder de Dios, arroja al infierno a Satanás y a todos los
otros espíritus malignos que merodean por el mundo buscando la ruina de las
almas. Amén".
|
La experiencia de los católicos carismáticos es que a menudo sienten que la obra de Satanás no es tomada en serio por mucha gente en la Iglesia.
m Hay poca predicación sobre este tema y muy poca instrucción en la mayoría de los seminarios; muy pocas diócesis tienen un exorcista.
m Ante esta situación, muchos católicos en la renovación carismática carecen de bases sólidas y son más vulnerables a enseñanzas fundamentalistas que atribuyen la obra de Dios y la obra de Satanás a una negligencia de las causas creadas y naturales.
m Hay poca predicación sobre este tema y muy poca instrucción en la mayoría de los seminarios; muy pocas diócesis tienen un exorcista.
m Ante esta situación, muchos católicos en la renovación carismática carecen de bases sólidas y son más vulnerables a enseñanzas fundamentalistas que atribuyen la obra de Dios y la obra de Satanás a una negligencia de las causas creadas y naturales.
m ¿Cómo podrán los fíeles católicos ser más conscientes de la realidad e
influencia de espíritus malignos, sin que les causen miedo o les den una
atención desproporcionada?
o
Para una
discusión sobre este
tema, ver las
obras del
·
Padre G
Amorth,
Un Exorcista Cuenta
Su Historia, y Un
exorcista: Más Historias, ambas publicadas por Ignatius Press (San Francisco,
1990 y 1992 respectivamente).
·
Resulta una ayuda para este tema el Documento de Malinas no. 4: L.J.
Cardenal Suenens, La Renovación y el Poder de la Oscuridad (Ann Arbor:
Servant / Londres: Darton, Longman & Todd, 1983).
|
m La
experiencia de las
oraciones y del
ministerio de sanación
en la Renovación Carismática Católica ha llamado
la atención sobre la distinción entre los
carismas específicos de sanación, otorgados a miembros particulares de la
Iglesia para el bien de todos (1 Cor 12,7.9), y las oraciones de
sanación en el
poder del Espíritu,
hechas por cualquier
cristiano.
m Esta diferencia se menciona al final de la Primera epístola a los Corintios 12,
donde la pregunta retórica de San Pablo:
¿Tienen todos
carismas de sanación?
(1Cor 12,30) claramente indica
que, mientras todos los
cristianos pueden ser
vehículos de curación,
sólo a personas
específicas se les ha dado el
carisma de sanación. Obsérvese que San Pablo utiliza el plural para
ambos términos: "carismas de curaciones" en 1 Cor 12,9.28.30.
m El Catecismo
también observa que el Espíritu Santo otorga a algunas personas carismas
especiales de sanación (1508). En esta situación,
es importante reconocer
que todos los
carismas requieren
discernimiento dentro del
Cuerpo de Cristo
y esta es
la responsabilidad particular
de la autoridad jerárquica.
m Para los
que han recibido
claros carismas de
sanación y los
ejercen públicamente más allá de la parroquia o de su comunidad local,
es apropiado que estos carismas sean discernidos por el Obispo Ordinario del
lugar local.
m "La práctica regular de
oraciones de sanación en las
parroquias locales y
en los grupos
de oración, serán
discernidas naturalmente por sus
líderes, los cuales están bajo la autoridad del Ordinario del lugar.
m Para muchos Obispos,
el discernir sobre los carismas de sanación es también algo nuevo, y aquí es donde se necesita el compartir experiencias y sabiduría a todos los niveles dentro de la Iglesia.
el discernir sobre los carismas de sanación es también algo nuevo, y aquí es donde se necesita el compartir experiencias y sabiduría a todos los niveles dentro de la Iglesia.
m ¿Podrán encontrarse caminos
para que los
ministerios de sanación
en la Iglesia,
den mayor cuenta de
su actividad a
las autoridades de
la Iglesia, con
reportes regulares de su
ministerio y con la discusión de las situaciones que se presenten?
m Muchos estudios sobre las
curaciones obradas por Jesús durante su ministerio, enfatizan la relación entre
sus enseñanzas (la proclamación de la Buena Nueva) y sus "obras", las
curaciones y milagros que
realizó. Estas curaciones "corroboraban el poder
de la proclamación
del Evangelio".
m Es
importante tener presente
la observación hecha por
el Padre Cardenal Albert Vanhoye: "Las
curaciones [de Jesús]
fueron no sólo
una manifestación de poder,
sino también y
sobre todo, una
expresión de amorosa
bondad y misericordiosa, y
por esa razón
tienen una mayor
e íntima conexión
con el Reino
de Dios".
o Padre (ahora Cardenal) A. Vanhoye en Oraciones
de sanación, página 35.
m Esta observación
puede proporcionar un
suplemento y corrección
que son necesarios
para un ejercicio mayor del "poder evangelizador", esto
es, la evangelización acompañada de demostraciones sobrenaturales del poder de
Dios.
Esta comprensión del ministerio de Jesús origina cuestiones importantes para nuestra práctica católica de evangelización.
Esta comprensión del ministerio de Jesús origina cuestiones importantes para nuestra práctica católica de evangelización.
m Mientras que
en años recientes ha
habido un esfuerzo mundial para
que la Iglesia
le dé importancia
a una "nueva evangelización", atendiendo
el llamado del Papa Juan Pablo II, sin embargo, poca atención
relativamente se le ha dado al lugar del
ministerio de sanación, en la
proclamación del evangelio.
m Más aún, salvo algunas notables excepciones, el ministerio de sanación en la Renovación Carismática Católica parece haberse dirigido en su mayor parte a los miembros de la Iglesia, más que a los que se encuentran fuera de ella.
m Más aún, salvo algunas notables excepciones, el ministerio de sanación en la Renovación Carismática Católica parece haberse dirigido en su mayor parte a los miembros de la Iglesia, más que a los que se encuentran fuera de ella.
m El
testimonio bíblico subraya
la importancia de
proclamar el Evangelio
a los no creyentes
con una fe
en que la
predicación de la
Palabra vaya acompañada
y confirmada con señales y prodigios (ver Marcos 16,20).
m ¿Cómo podremos restaurar una integración adecuada de la predicación y
de la sanación en la evangelización católica?
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